jueves, 11 de junio de 2015

Un disco para desandar las lógicas de “temor y control”

“Relatos en Ciudad de Domos”: primer CD de Besadores enjaulados


Por Mariano Pacheco
(Nota publicada en el Portal Marcha)

El rock como trinchera de resistencia cultural. El líder de Besadores Enjaulados habla de su primer C.D: “Relatos en Ciudad Domos”.



“¿Ves la grieta? Nuestro imperio no la mira. ¡Mírala! ¿Ves la grieta? Ciudad Domos no la registró”, puede escucharse en “Rabia (en el principio es el grito)”, la primera de las nueve canciones que integran “Relatos en Ciudad Domos”, el primer disco de Besadores Enjaulados. La banda de rock, nacida en 2012 a partir de la iniciativa de su cantante y guitarrista, Juan Rey, y su pianista, Darío Cimino (quien también acciona sintetizadores y realiza coros), contó en sus primeros pasos con el apoyo de Hernán Aramberri, productor y baterista del Indio Solari y Los Fundamentalistas del aire acondicionado. De su mano, llegaron además algunas importantes colaboraciones para la grabación del C.D, como fueron la de los saxofonistas Sergio Dawi (Los Redondos) y Sergio Colombo (Natty Combo), o el guitarrista Gaspar Benegas (Los fundamentalistas). La banda que ya tocó en varios sitios, entre otros, en el anfiteatro situado en el predio contiguo a la Estación Darío y Maxi (ex Avellaneda), en el marco de un festival por el juicio y castigo a los responsables políticos de la denominada “Masacre de Avellaneda” del 26 de junio de 2002, donde fueron asesinados los jóvenes militantes Kosteki y Santillán.

Resistir el paradigma de temor y control
“Partimos de la necesidad de decir algo, una palabra frente a lo que vemos y rechazamos del mundo”, sostiene Juan Rey en diálogo con Marcha, quien aclara el porqué del nombre del disco.  “Relatos en Ciudad Domos” –dice– habla esencialmente del “paradigma de control”, de “vigilancia permanente” (cuya expresión más gráfica son los “domos”, las cámaras emplazadas por todo el espacio público) que se fue instalando en los últimos años en Argentina, y particularmente en la Ciudad de Buenos Aires, que parece ser el emblema de ese proceso “pro policial y punitivo” plagado de plazas enrejadas y patrulleros policiales “por todos lados”.
Rey aclara que, de todos modos, no estamos ante una originalidad argentina, sino ante un “proceso global”, una “sociedad mundial de control” que parte desde los centros del poder y se expande hacia la periferia. Un “mundo domos”, en verdad. ¿De qué se trata? La respuesta, el cantante de Besadores enjaulados la plantea con claridad: “estamos ante un capitalismo en descomposición, que frente a la barbarie que impone, necesita consolidar su control, extenderlo, endurecerlo”. Eso explica, en gran medida, que ante coyunturas electorales como la que vivimos los argentinos por estos días, las dirigencias políticas propongan “más control, más seguridad”. Rey, que es además coautor de la biografía de Darío Santillán, “El militante que puso el cuerpo” (2012), aclara que algunas de estas ideas pueden encontrarse explicitadas en otro libro, publicado el año pasado por la editorial Futuro Anterior: “Temor y control”, de Esteban Rodríguez Alzueta.


La seguridad como negocio
“Nos meten miedo para vendernos seguridad”, puede leerse en un grafitti callejero, que Juan Rey toma como disparador para problematizar la idea que sostiene que “más policía” es más “seguridad”, y plantea que en realidad las cámaras no son de seguridad sino de vigilancia; que no están para prevenir delitos, o esclarecerlos, sino para controlarnos; y que, además, detrás de esto hay un negocio millonario realizado por entre empresas poderosísimas y el Estado. “Nos metieron en un gran hermano sin avisarnos; o peor, fueron montando sobre el espacio público elementos de una cárcel a cielo abierto, cuyos vigías ya no están en las torres sino sentados frente a pantallas planas, software”, comenta, y aclara: “que pidamos más y más policía da cuenta de que algo anda mal en nuestra sociedad. Cuando se habla de más policía pienso en Santillán y Kosteki, en Luciano Arruga, en Walter Bulacio, en el caso de Ismael Sosa, cuya familia y amigos siguen exigiendo justicia y señalando a la policía como los responsables de su muerte”.

La cultura como campo de batalla
“Nos parece importante decir estas cosas desde el rock”, continúa el cantante de Besadores enjaulados, para quien el proyecto de la banda tiene algún sentido si aporta a una mirada que dispute en el plano cultural, o contracultural. “Cuestionar estas formas del poder es algo que nos nace desde este proyecto. Eso es constitutivo de Besadores”.
Por último, Juan Rey comenta que el sábado 17 de octubre, en “La Capilla”, Suipacha 842 (Ciudad de Buenos Aires), la banda presentará su disco, que ya está disponible en su canal de youtube y en souncloud.
Una fecha y un sitio emblemáticos, si tenemos en cuenta que en ese lugar tocaron bandas como Sumo y Soda Stereo, y que ese día se conmemorarán los setenta años del surgimiento del peronismo.

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